Amo la hora silenciosa de la noche
porque entonces pueden surgir sueños dichosos
revelando a mi vista encandilada
lo que no les es dado contemplar a mis ojos despiertos.
Y entonces puede alcanzar mi oído una voz
que la muerte ha silenciado hace tiempo
y la esperanza y el éxtasis pueden aparecer
en lugar de la soledad y la aflicción.
Fría en la tumba durante años ha estado
la figura que yo amaba contemplar;
y solo los sueños pueden devolverme
al amor de mi corazón.
En "Poesía completa"