Es que cada día lluvioso
me hará sentir igual?
El asfalto reluciente corre como un río profundo
por mis sueños. Postes de teléfono anegados,
luces de tráfico; el fragor suave de la lluvia.
Son las siete en punto. Un aparcamiento vacío,
inerte como el pellejo de una ameba que duerme.
Y aparte de este gris denominador común,
tu silencio ahogado. El contorno olvidado
de campos donde las calles terminaban en flores;
líneas que coincidieron una vez; la metafísica de la pena.
Tan tenues, y aún así las mismas palpitantes
arterias de los árboles. Tu sombra
se entrecruza sin dimensión.
Camino siempre en dirección a nada;
la lluvia viene en rachas,
estremeciéndome como el agua de las hojas.
De "Simplicidad"
En "Bayas púrpuras"