Un sudor inexplicablemente repentino me recorre la piel
Mira fijamente, quizás critica.
Sudor. Sólo es sudor. Pero me gusta mirarlos.
La juventud es un sueño al que acudo cada noche
y del que me despierto con sólo este pequeño manojo saltarín
de arterias en la mano.
Es duro, cariño, que lo manden a uno más allá de sus fronteras.
Con una piedra en cada ojo.
De "Mimnermo: las pinturas cerebrosexuales"
En "Agua corriente"