Al despuntar el alba, cuando el campo blanquea
Partiré, pues conozco, pues sé que tú me aguardas.
Iré por la espesura, iré por las montañas.
Lejos de ti no puedo permanecer mas tiempo.
Con la mirada puesta en mis cosas, iré.
Sin ver en torno mío, sin oir ruido alguno,
Solo, desconocido, las manos a la espalda,
Triste, siendo los días para mí como noches.
No miraré ni el oro de la tarde que muere,
Ni, a lo lejos, las velas dirigiendose a hartfleur,
Y pondré a mi llegada, encima de tu tumba,
Algo de verde acebo y de brezo florido.
En "Lo que dice la boca de sombra y otros poemas"