domingo, 21 de noviembre de 2021

Layla al-Akhyalía. Lamento en memoria de Tawba

Juro que lamentaré siempre la muerte de Tawba,
honraré a quien le fue adversa la rueda de la fortuna.
   
La muerte no entraña deshonra para un joven
si en vida no cometió acción deshonrosa alguna.
   
Ningún hombre vivo, por más sano que esté, 
será más eterno que los que descansan en las tumbas.
   
Quien se inquiete por los giros del destino,
algún día tendrá que resignarse a su suerte.
   
Ningún ser viviente puede escapar a la muerte;
fatalmente, los días pasan y el tiempo no se detiene.
   
Ningún vivo puede evitar lo que el azar decide
y, por más que lo esperemos, ningún muerto vuelve.
   
Todo lo joven, todo lo nuevo, deviene viejo,
y todo humano retornará a Dios en algún momento.
   
Por más que nos desconcierte, nos separaremos un día
de los que en vida han sido nuestros compañeros.
   
Mas Dios no permitirá que aleje de mí tu recuerdo,
querido compañero, a quien el hado fue tan adverso.
   
Lamentaré tu pérdida, te lloraré siempre,
mientras arrullen las palomas y los pájaros vuelen.
   
Víctima de los Banu Awf pereció el malhadado,
no pude advertirle a tiempo, y mucho me duele!



En "Gacelas de arena. Poesías árabes de la Edad de Oro"