En la noche de luna de los jardines primaverales,
haré un lecho de rosas y de ramas
y en él plantaré tu memoria como una hermana diosa
con una aureola de luz de Ahúra*.
Luego en la intimidad nocturna de la luz celestial,
cantaré romances
hasta que los pájaros salgan de sus nidos,
abran sus alas y canten conmigo,
hasta que las inquietas gacelas de la pradera
corran sin parar tras sus amados.
Qué fugaz fue nuestro feliz encuentro!
Dónde estará la alegría de los próximos abrazos?
La distancia es muy grande.
Permanecen en mí tus recuerdos y la luna de primavera.
[*Dios de la bondad en el zaratustrismo.]
De "Noche en Teherán"