Oh, visítame en sueños, mi amor!
No concibo una bendición más deseable;
ven con la luz de las estrellas, mi amor,
y presiona mis párpados con tu beso.
Así fue, según cuentan las fábulas antiguas,
como el Amor visitó a una criada griega,
hasta perturbarla con su hechizo sagrado,
para despertar después con las esperanzas traicionadas.
Pero el apacible sueño velará por ti,
y la lámpara de Psique se oscurecerá,
cuando, entre visiones nocturnas,
me renueves tus votos.
Así que visítame en sueños, mi amor,
no concibo una bendición más deseable;
ven con la luz de las estrellas, mi amor;
y presiona mis párpados con tu beso.
De "Poemas de convivencia"